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El Pucela se deshincha. (Las Palmas 2 - Vall 0)

El Pucela se deshincha. (Las Palmas 2 - Vall 0)

Javi Jiménez, Barragán, Juanito, Jordi, Peña, Nafti, Baraja, Nauzet, Jorge Alonso, Antón y Guerra. Esos eran los 11 elegidos por Abel en la tarde de este sábado para intentar doblegar al equipo de Las Palmas y traer los tres puntos para Pucela. Me mosquea, y mucho, el hecho de que siga jugando Jorge Alonso (u Óscar en su defecto), y no un Jofre que ha demostrado más que de sobra que está perfectamente capacitado para ser titular en este equipo. ¿Se imaginan el peligro que podrían llevar Nauzet, Antón y Jofre, acompañando a Javi Guerra en el ataque pucelano? Ustedes no sé, pero el que está claro que no se lo imagina es Abel Resino, que sigue empeñado en salir a jugar todos los fines de semana con un jugador menos. No sé qué gracia le verá, pero lo cierto es que, hoy sábado, ha vuelto a dejar a Jofre en el banquillo en favor de Jorge Alonso. Los otros diez jugadores, los previstos. Cabe destacar que Javi Jiménez se ha afianzado en la portería vallisoletana. También destacaba la vuelta a la convocatoria, que no al once titular, de Álvaro Rubio.

De esta manera empezó el encuentro. Una pequeña caraja durante los primeros minutos del encuentro avecinaba otra tarde de sufrimiento para los aficionados blanquivioletas. No obstante, el Real Valladolid se rehízo y fue muy superior a Las Palmas, que se mostraba como un equipo sin mordiente en ataque, con mucho miedo y que parecía firmar el empate a 0 casi desde antes de empezar el encuentro. Durante esta primera parte, el conjunto de Abel Resino hiló buenas jugadas, hasta el punto de tener 5 claras ocasiones de gol que se encontraron con un Barbosa acertadísimo.

Y justo cuando el Real Valladolid iba lanzado a por el primer gol del encuentro, Josico culminó, con un gran remate de cabeza, un centro de Pedro Vega y adelantó al equipo local. Como un jarro de agua congelada sentó este gol a los vallisoletanos, cuando todo parecía que la primera mitad del partido iba a morir sin goles.

En la segunda parte el equipo canario salió con una consigna clara. “O pasa el jugador, o pasa el balón. Pero nunca los dos.” Así, los amarillos pusieron el cerrojazo y muy ordenados atrás consiguieron desesperar al Real Valladolid que veía imposible atravesar la maraña de jugadores amarillos que se concentraban en los tres cuartos del ataque vallisoletano. Para que se hagan una idea, los canarios parecían el Arsenal del otro día frente al Barcelona. Pero como nosotros no somos el Barça y tampoco tenemos a un jugador como Messi, el intento de ganar el partido estaba avocado al fracaso.

Iban avanzando los minutos y el conjunto de Las Palmas cada vez se mostraba más voluntarioso y mejor colocado defensivamente. Esto chocaba con un Valladolid que lo intentaba pero que no tenía ideas en ataque y que no lograba llevar peligro a la portería de Barbosa de ninguna manera. Un Javi Guerra desaparecido, unido a la salida del terreno de juego de Nauzet y lo poco que brilló Antón, hacían imposible que el Real Valladolid lograra la machada de remontar el partido. De Jorge Alonso mejor ni hablo, sería difícil decir algo positivo de su “partido” de hoy. Además, Nafti y Baraja tampoco ayudaban a generar peligro.

Abel introdujo todos los cambios ofensivos que le permitía la ridícula convocatoria que había conformado dos días atrás. Salieron Jofre y Quique, por Alonso y por Nauzet, respectivamente. Y para de contar, porque el resto eran todos de corte defensivo. ¡Muy agudo Abel!, ya me dirás para qué quieres la cantera…

Ninguno de los dos cambios consiguió llevar ni un ápice de peligro a la portería de Barbosa. Algo peligroso, teniendo en cuenta que los canarios no son, ni mucho menos, la mejor defensa de la categoría. Los amarillos seguían a los suyo, robar el balón, con o sin falta, y patapum pa’arriba. Lo que hizo que casi la totalidad del once canario acabara con una amonestación, además de que más de uno mereció la expulsión.

El segundo gol de los grancanarios, obra de Armiche, difuminaba por completo las escasas opciones que le quedaban al cuadro pucelano de empatar el partido. Quedaban, pues, 10 minutos de basura, en los que Abel decidió introducir a Matabuena en lugar de Baraja. ¿Alguien entiende este cambio?- Creo que solo Abel.

Unos minutos después, el árbitro del encuentro, Amoedo Chas pitaba, por fin, el final del partido. Y gracias, porque el Valladolid se pudo venir con algún gol más en contra. Este partido significa un paso atrás en la escalada blanquivioleta hacia los puestos que dan derecho a jugar la promoción de ascenso a 1ª división, puestos que marca el Cartagena, con cinco puntos más que los vallisoletanos.

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